Mucho antes de saltar a la fama, hace unos años, ya me llamaba la atención aquel hombre que acudía a los 101 con un pantalón de tergal, una camisa, una rebeca, unos palos y un sombrero. Para mi era un desconocido, pero a la sazón, cada año me alegraba verle en la salida de los 101 kilómetros.
Poco a poco lo
de SuperPaco saltó a las redes sociales, a la televisión… y su fama ya se ha
corrido como la pólvora por todos lados.
Hay un hombre en
Cártama que corre, que tiene 78 tacos y cada vez que lo veo, cada vez que entra
en meta me obliga quitarme el sombrero, la bandana o lo que lleve en la cabeza.
Paco es un
hombre que de sencillo sorprendería a cualquiera. Una vez, una mala racha, una
pérdida inesperada lo llevó a salir a correr, a andar… Una especie de terapia
creada por él mismo para no pensar demasiado, para intentar no echar de menos,
para poder ser feliz. Y es lo que tiene… al final acabo con sus hijos, sus
amigos y su gente corriendo por el monte, descubriendo sitios nuevos y haciendo
amigos.
Pero la esencia
de este deporte para Paco no es correr. La esencia es compartir. Y nada tiene
sentido si no se comparte con los compañeros. Porque él, cuando llega a un
corralito de salida no ve rivales, no ve tiempos, no ve nada… Sólo ve
compañeros.
Cuando hablo con
él al final de las carreras me gusta “pincharle” un poquito y le pregunto:
“Entonces cómo te llamo, ¿SuperPaco?”… Y siempre me da la misma respuesta: “No,
yo soy Paco. Uno igual que todos”. Y no, de verdad, no pienses que Paco es un
producto, o que se aprovecha de esto o que gana algo con todo esto. Paco es
así.
Recuerdo que
este año no pudo correr la tercera carrera de Jimera Tres Trails porque “tenía
una cita importante con un hombre que le iba a hacer un trabajo en su campo. Y
yo para esas cosas soy formal”. Esa es su verdadera pasión. Su campo, su día a
día, sus cultivos. Esa realidad que nosotros, los que contamos con menos años,
ya hemos olvidado. Porque ya vamos a la nevera y hay tomates, pero pocas veces
nos paramos a pensar que los tomates vienen de la tierra y que la tierra hay
que cuidarla para que de tomates. Así de simple. Tan simple, tan sencillo, tan
normal como Paco Contreras. Paco de Cártama. Un hombre que una vez no supo como
meterle mano a un mal momento de su vida y empezó a correr.
A Paco le
encantan los niños. Le gusta que la gente se haga fotos con él. Le gustan los
regalitos y los homenajes que le hacen en muchas carreras. Pero sobre todo, le
gusta salir con los suyos. Sentir el cariño de los suyos… Y si puede ayudar,
animar o echar un cable a un corredor, no tenga usted dudas… Lo va a hacer.
Porque si Paco es Super por algún motivo no lo es por lo que corre, lo es
porque le late un corazón del tamaño de una hormigonera en el pecho.
Tengo la suerte
de compartir con él muchas de las carreras en las que participo como speaker… y
es un privilegio disfrutar de tanta talla deportiva y humana. Este año le han
dado muchos premios… Pero a ver si a Susana o a quién cojones sea se le ocurre
y le dan algo que merece por haber predicado tanto con su ejemplo: El premio
Andalucía de los deportes.
Para Paco su
comida favorita es una buena rosadita a la plancha sin espinas, con su
ensaladita…. y eso sí, una buena rebaná de pan cateto para acompañar.
Paco Contreras
Padilla. Sabiduría y fuerza.
Texto y
Fotos: Pedro Alfonso Guerrero Chito.
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