Siempre me he sentido atraído por las cumbres. Por modestas que sean, cuando estoy en ellas, me surge la duda de si regresar o quedarme allí eternamente. Hoy tengo la suerte de volver a sentir esa sensación. Ahora, mientras dejo atrás el Puy Mary, me siento un huésped afortunado del UTPMA al poder internarme por sus pequeños e íntimos senderos que surgen de las colinas desnudas, dominantes de amplios e ininterrumpidos paisajes. La zona del Cantal es sabia y combina muy bien la naturaleza con los aspectos humanos y urbanos. Aurillac, por ejemplo, se muestra entre la montaña y la llanura como un pulpo que extiende sus tentáculos cargados de dinámicas callejuelas hacia el resto de las comunas.
Me gustaría quedarme en la zona unos días, -pienso mientras desciendo del Puy Mary - pero este año las vacaciones son cortas y el calendario Trail muy apretado.
Debido a esto, llegamos el viernes con el tiempo muy justo. Fuimos los primeros en recibir la hospitalidad y cordialidad de la familia Lajus. Después lo harían sus primos y, más tarde el admirable Dawa (Dawa Sherpa) y Anie con su amigo. Tengo la impresión que esta cordialidad no es única en esta familia. La detecto en más personas. En la gente de la calle, en sus organizadores y voluntarios….. El UTPMA es el espejo de todo eso, cuyo reflejo es el del trabajo bien hecho.
Soy un buen corredor, pero no un Gran Campeón para recibir tantos elogios y amabilidad. Recuerdo mi paso por los controles, por las comunas y sus calles cargadas de ánimo; recuerdo la llegada, con la gente tan cerca y tan efusiva, aplaudiendo mi fortuna por haber vivido doce horas de sensaciones inolvidables.
Aunque ahora, unos días después, lo que más recuerdo, es el aprecio de mis nuevos amigos recorriendo todos los Puys. El crono final y sus números importan poco… no soy matemático!, sólo aportan una pequeña alegría más.
Hay carreras que te sorprenden. Parten de la humildad para crecer con grandiosidad en pocas horas. Lo que a las personas nos puede costar años conseguir, a veces, cosas del destino, lo puedes vivir en un pequeño espacio de tiempo. Le deseo lo mejor al UTPMA y, aunque crecerá de manera segura, sólo espero que todo siga igual, para poder regresar a sus modestas cumbres el próximo año.
Me gustaría quedarme en la zona unos días, -pienso mientras desciendo del Puy Mary - pero este año las vacaciones son cortas y el calendario Trail muy apretado.
Debido a esto, llegamos el viernes con el tiempo muy justo. Fuimos los primeros en recibir la hospitalidad y cordialidad de la familia Lajus. Después lo harían sus primos y, más tarde el admirable Dawa (Dawa Sherpa) y Anie con su amigo. Tengo la impresión que esta cordialidad no es única en esta familia. La detecto en más personas. En la gente de la calle, en sus organizadores y voluntarios….. El UTPMA es el espejo de todo eso, cuyo reflejo es el del trabajo bien hecho.
Soy un buen corredor, pero no un Gran Campeón para recibir tantos elogios y amabilidad. Recuerdo mi paso por los controles, por las comunas y sus calles cargadas de ánimo; recuerdo la llegada, con la gente tan cerca y tan efusiva, aplaudiendo mi fortuna por haber vivido doce horas de sensaciones inolvidables.
Aunque ahora, unos días después, lo que más recuerdo, es el aprecio de mis nuevos amigos recorriendo todos los Puys. El crono final y sus números importan poco… no soy matemático!, sólo aportan una pequeña alegría más.
Hay carreras que te sorprenden. Parten de la humildad para crecer con grandiosidad en pocas horas. Lo que a las personas nos puede costar años conseguir, a veces, cosas del destino, lo puedes vivir en un pequeño espacio de tiempo. Le deseo lo mejor al UTPMA y, aunque crecerá de manera segura, sólo espero que todo siga igual, para poder regresar a sus modestas cumbres el próximo año.
Oscar Pérez López, ganador de la Ultra Trail Puy Maríe Aurillac. 105 km y 5600 + en un tiempo de 12:31:27.
FOTOS DE YVAN ARNAUD