Partimos de Rodellar, Javi, Oscar y yo. Son las 9 de la mañana de un nublado lunes 7 de enero. Accedemos al Mascun donde tenemos que cruzar el rio al estilo de mi pueblo, haciendo equilibrios de piedra en piedra. Como no pudo ser de otra manera y por chulo por no querer aceptar los palos de Javi, el morrazo fué de los que hacen historia. De narices contra el rio en una tibia mañana de enero. La peor parte la llevo mi camara de fotos que es allí donde termino su existencia, que por cierto ha sido muy productiva. Tendré que hablar con los Reyes Magos, quizas les haya sobrado alguna. Entre el descojono general aparecieron dos amigos de Saravillo, Joaquin y su hermano, que como hombres previsores de montaña iban sobrados de camisetas y me dejaron una. Sin mayores contratiempos, salvo un pequeño y pobre estriptis para poder escurrir las mallas y los calcetines, iniciamos la subida por el barranco de Andrebot hasta llegar al dolmen de Losa Mora, acompañados de nuestros amigos montañeses.
Después de las correspondientes fotos seguimos a un buen paso hasta y ya sin mucho desnivel hasta Nasarre, un pueblo abandonado pero con una bonita iglesia románica totalmente reformada. Un pequeño tente-empie, despedida a los amigos que se volvian (las mujeres mandan y habían quedado para comer) y nosotros iniciamos la subida hacia la Sierra Lupera después de cruzar unos viejos campos, llegar a la nieve e intentar buscar el acceso más comodo, cosa bastante dificil, pero al final conseguimos entre bojes y nieves llegar a la primera cumbre donde nos metimos el bocata de jamón en el cuerpo. Seguimos hasta la siguiente cumbre, admiramos los cientos de buitres que revoloteaban por encima del barranco de Gorgas Negras e iniciamos el descenso a la brava, ahogando mis juanetes en la nieve. Total, mas no se podian mojar ya. En 15 minutos llegamos otra vez a Nasarre y nos acercamos a visitar la fuente artesana y bien cuidada que esta al lado del pueblo. De allí una marcha bastante rápida hasta Otin, pasando por la antes señorial Pardina de Villanua. Pasamos por Otín casi sin disfrutarlo y nos metimos en las piernas la bajada de la Costera a toda leche. Otro que no llegaba, Oscar. Esta gente me lleva siempre a toda pastilla. ¡que estres!. Casí con la lengua fuera y sin mayores contratiempos llegamos al coche y salimos disparados hacia Huesca, pensando y pensando en mis huevos fritos....¡¡otro dia será.
- 23 km.
- 2400 m. de desnivel acumulado
- 7 horas.