Un buen número de aficionados
acudimos a la cita del amigo Mario para darnos un baño de nostalgia en la que
fue una de las carreras más carismáticas que
teníamos en Aragón hace escasamente un par de años. Por otra parte la
Carrera por montaña de Talamantes era la única carrera con entidad de las
poquísimas que se celebran en la provincia de Zaragoza.
Un bonito dia soleado nos recibió
en Talamantes, aunque el Moncayo que preside toda la comarca, no nos lo quiso
poner nada fácil y nos enseño sus garras; un tremendo viento helador sería
nuestro compañero de viaje por esta bonita zona Zaragozana.
Mientras estábamos preparando los
bártulos Maricruz y Pitu nos sorprendieron de una manera muy, muy agradable,
con una perola de chocolate caliente. Así da gusto comenzar cualquier
actividad.
El itinerario que nos preparo
Mario partía en sentido contrario a las últimas ediciones de la carrera y así
iniciamos el ascenso hacia las Peñas de Herrera. Un ascenso no excesivamente
duro, pero donde las rachas de viento en ocasiones nos impedían avanzar.
Bellísimo este ascenso con las murallas de las Peñas presidiendo el paisaje.
Paisaje que por otra parte presenta un aspecto desolador después del tremendo
incendio que arraso la comarca a finales de agosto pasado. Ver estos desastres causa dolor en el alma.
Una vez arriba y rodeadas
las Peñas, abandonamos el itinerario de
la carrera para dirigirnos hasta el collado de Horcajuelo donde nos reunimos al
amparo del viento en un pequeño bosque y nos dividimos en dos grupos, la gran mayoría
seguirán en dirección a Añón para ascender
por el barranco de Horcajuelo, mientras que Alvaro y yo, con las piernas
menos guerreras que el resto, iremos directamente a pillar dicho barranco en
sentido descendente con la idea de encontrarnos en un punto característico
presidido por la Torre de la
Morana. En la parte superior del barranco podemos admirar
unas extensas praderas que le dan un plus de belleza a la zona.
Después de un pequeño almuerzo
protegidos del viento por la Torre, iniciamos de nuevo el ascenso por el mismo barranco.
La temperatura es muy baja y no conviene estar mucho rato parado. De esta
temperatura deja constancia el agua nieve que nos recibió en la cabecera del
barranco.
Regresamos por el mismo
itinerario para llegar a Talamantes después de 25 km y casi 5 horas de
actividad, para un desnivel entorno a los 1300 m. positivos.
Mientras, el grueso del grupo
también esta llegando, pero estos con la propina de subir todo el barranco y
algunos de ellos con el plus del ascenso al pico del Morrón, modesto pico de 1725 m. pero barrido con
toda la fuerza del cierzo. Para ellos fueron 30 km y sobre los 1700
positivos.
De nuevo en Talamantes y
abrigados por una marquesina de autobús,
pudimos dar buena cuenta de las diferentes viandas que habían llegado de
los diferentes puntos de Aragón.
Pues si…¡¡para repetir!!
CRONICA Y FOTOS DE MANUMAR
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