lunes, 17 de noviembre de 2008

CANAL MAYOR DE PEÑA MONTAÑESA


Aparcamos en la localidad de Torrelisa, pasado el pueblo hay una era con unos bancos y unas vistas estupendas de Peña Montañesa y su Canal Mayor.

Partimos por la pista que nace allí mismo con un amigo que hemos encontrado en el mismo parking y al que bautizamos como “Lobo” que fielmente nos acompañara durante todo el recorrido y en escasos 100 m pasa por el viejo lavadero y la fuente (que rincón tan bonito). Seguimos por la pista que se convierte en sendero, por el bosque siempre en dirección a la canal Mayor. Después de 600 m de desnivel llegamos a lo que es la canal, que se va verticalizando, aunque no excesivamente. La canal representan otros 600 m de desnivel y aunque escasamente tiene dificultad, si que hay que contar con un par de pasos un pelín delicados (hay instalaciones para montar rapel, que en caso de descenso lo veo muy conveniente), el ascenso ligeramente expuesto pero sin mayor dificultad.

La canal desemboca en la última faja de la peña ya mas amplia y coincidiendo con el camino que asciende desde S. Vitorian. Seguimos esa senda y en 30’ llegamos a la cima por la pala salvando la pedregosa pala final.

Merece la pena estar un buen rato en la cima, puesto que las vistas son totalmente privilegiadas y más en un día tan limpio como el de hoy, pudiéndose apreciar un Moncayo totalmente blanco y la cadena pirenaica presidida por las 3 Soreros de una belleza sublime. Cotiella, El Turbon, etc..

Hasta la cima nos ha costado 2 h. 45 m. El descenso lo realizaremos corriendo, volviendo sobre nuestros pasos, pero en lugar de retomar la canal Mayor, seguiremos por la senda que conduce hasta S. Vitorian, muy bien marcada y salvando las sucesivas fajas y el ultimo tramo boscoso en escasamente hora y diez minutos llegar al Monasterio, que aunque como siempre permanece cerrado le haremos una visita, lo mismo que a la ermita de la Fuensanta y su fuente. Mas fotografías y seguiremos hasta el próximo pueblo de Onscins por la carretera para desde allí ganar el PR que nos llevará devolverá en menos de media hora a Torrelisa.

Vitorian nació hacia el año 478 en Italia. Ya desde joven adquirió fama de hombre sanador y bueno. Así, poco a poco, fue creciendo su prestigio pero él, ante el pecado de la vanidad, decidió refugiarse en Francia, donde nadie le conociera.

Sin embargo, con el paso del tiempo, también en Francia creció su fama debido a sus buenas obras y por la fundación de varios monasterios. Por otra parte, en el país galo apareció una mujer en su vida, Maura, que perdidamente enamorada de él le acosaba con una constancia casi enfermiza. Entonces, el santo decidió huir de nuevo, esta vez hacia el sur, cruzando los Pirineos y adentrándose en España, para así continuar su vida religiosa y no sucumbir a los peligro s de la carne.

De este modo, hacia el año 530 y ya con unos 50 años de edad, llegó a las inmediaciones de Laspuña. Pese a sus esfuerzos y deseos un grupo de seguidores de sus buenas obras le habían seguido hasta este lugar, aunque llegaron prácticamente desfallecidos y exhaustos. Por ello, al llegar al paraje de la actual ermita de la Fuensanta, San Victorián golpeó con su bastón una roca de la que brotó agua fresca que recuperó a sus acompañantes. Aquel episodio nos lo recuerda una inscripción posterior que se conserva sobre los caños de la fuente.

En respuesta a sus deseos de encontrarse en soledad, tras este milagro, un ángel surgió del cielo y transporta a S. Victorián hasta la inaccesible cueva de la inaccesible cueva de la Espelunca, muy cerca del monasterio. Durante un tiempo vivió como ermitaño en la cueva hasta que los monjes del monasterio entonces llamado San Martín de Asán, lo reclamaron para su convento. El accedió, se instaló en el cenobio y ahí murió veinte años después. Esta, como todas las hagiografías o vidas de santos, tiene muchos puntos no excesivamente claros en su relato. Al fin y al cabo, se trata de vidas con acontecimientos milagrosos que se creen o no. No obstante, el hecho es que este monasterio lleva el nombre del santo italiano desde el siglo VI y se ha convertido en un importante símbolo histórico de Sobrarbe.

Distancia: 15,7 km

Desnivel: 1400 m.

Ascenso: 2 h 30’

Descenso a S. Vitorian: 1 h. 10’

S. Vitorian-Torrelisa: 30’


FOTOS


8 comentarios:

Luigi dijo...

¡Te has adelantado a Samuel!

Monrasin dijo...

Esto para Samuel es un paseillo después del café. Pero...¿a que es bonita la Peña Montañesa Luigi?

Anónimo dijo...

Ea, bonita excursión si señor, y más con el espectacular día que salio el domingo.
Una alternativa mas que interesante a tener en cuenta para otra vez, es realizar el descenso (o ascenso) por la Faja Toro. A la altura de la foto 25, sale una faja que se adentra en dirección este, por las imponentes murallas de la cara sur. En la foto 89 se aprecia muy bien una 'rallita' verdosa en la parte superior de las paredes de la derecha de la imagen. Es espectacular, no tiene pasos expuestos, y de momento tiene garantizada la tranquilidad.

Inazio ya la comentó en su dia:
http://www.inazio.com/01d20894ad125cc0d/01d20896fe0a67f01/index.html

A disfrutar!

Monrasin dijo...

jajajaja....No hace falta que des ideas Chinebro, que ya estuvo Javi dando vueltas al final de la canal a ver si encontraba donde desembocaba la Faja del Toro. Mas tarde nos la miramos desde abajo y con la ayuda de algún cartel la localizamos.
Y la idea la grabaron con sangre Javi y Enrique para cualquier fecha libre, pero a mi no me pillan en esa.

Anónimo dijo...

Una vistas de cotiella inigualables, con nieve incluida. Recuerdo de subida con esquís, pero sin esquís, desde el refugio del Ibon de Plan. Se puede repetir, siempre será distinto, pero bello. La Faja del Toro, para la próxima. Y lo del nombre, será por que hay que echarle un par de huevos, o cojones, o que.

Anónimo dijo...

...no hay que echarla más que tiempo (que es lo que nos falta a todos). La primera vez que subí por allí, a la vuelta nos comentó un abuelo en Oncins, que en tiempos hasta subían con el ganado por la faja.

Monrasin dijo...

Ostras con las ovejas montañeras!
Pero yo lo sigo viendo muy aereo, aunque un dia de estos lo anotaremos en el blog!

Anónimo dijo...

Es lo que tiene la montaña, a veces desde la lejanía, parece imposible que se pueda pasar por según que sitios. Y una vez estás allí, se puede pasar en chancletas y con las manos en los bolsillos.