martes, 23 de octubre de 2012

ULTRA TRAIL SERRA DEL MONTSANT

 Hace unos días, en las Trail Guara Somontano, de 35 km, tuvimos la suerte de ver como Albert Giné, el conocido Puça, finalizaba la prueba en un tiempo rondando las 8 horas 49 minutos. Un grandisimo corredor que prácticamente llegaba casi el último. Pero es que Puça realizó toda la carrera haciendo de guía a un atleta CIEGO TOTAL, Javier Fran Sin, de Barbastro.

Bueno, pues esta prueba solo era un entreno de cara a su gran reto: La ULTRA TRAIL SERRA DEL MONTSANT, prueba de 100 km  y entorno a las 4000 m. positivos.
Pues bien, ambos finalizaron su gran reto en un tiempo de poquito más de  22 horas y además teniendo que soportar unas condiciones meteorológicas tremendas con agua y barro durante gran parte de la carrera, sobre todo durante la noche.
Aquí va la crónica de PUÇA, porque yo me quedo sin palabras.

Mis ojos confirman que vieron un milagro.

El viernes a primera hora de la tarde fui a recoger a JAVIER FRAN a la estación de Lleida, y ya de entrada me dijo que había entrenado poco…no es posible, pensé, pero si yo solo le dije cuando nos enviábamos correos, que se olvidará de todo, que yo me ocupaba de todo y el solo se tenia que dedicar a entrenar, madre mía!
Antes de salir de casa yo ya sabia a que nos enfrentábamos: un reto descomunal y dificilísimo, pero nunca se lo dije a Javier Fran, nunca, yo le decía que era un gran reto.
En el Trail de Guara yo pude sacar muchas conclusiones y sabia que seria muy complicado y si además le añadimos la climatología que hemos tenido… La verdad es que todavía estoy asombrado que lo que “hemos hecho” a pesar de que me veo microscópico a su lado.
El viernes por la noche quería tranquilidad y rodearme de optimismo por eso decidí que iría a ver a un amigo mío que tiene un camping en Siurana y allí pasaríamos la noche, Toni Arbonés. Para los que no lo conozcáis  os diré que esta entre los mejores escaladores del mundo, otro “loco” de los que me gustan, que luchan al límite por todo. El es una persona que no sabe que es la palabra “difícil” pero que cuando le presente a Javier Fran y le dije lo que queríamos hacer (él ha corrido esta carrera y la ha ganado), nos dijo: “Estáis locos”?. Ostras pensé, sí el dice eso….
El sábado de madrugada la madre de Toni, la Josefina, nos cuido como a hijos preparándonos fuera de hora un almuerzo tal y como pedía la ocasión, mil gracias Josefina! Después enfilamos camino de Cornudella del Montsant.
Llegamos justos de tiempo al control de material, mejor! Ya que mucho rato antes de la carrera por allí con todos pendientes de nosotros, no me gustaba tampoco ya que los protagonistas de la carrera son todos los que participan, no nosotros.
Dan el tiro de salida y en compañía de mi amigo Joe Rosich, hacemos los primeros metros deseándonos suerte y yo de broma le dije: “tira, tira, que ya te pillaremos más adelante!”.
Pronto nos quedamos solos ya que los primeros kilómetros de carrera son muy corredores y nosotros habíamos de ir a nuestro ritmo que no era entonces malo (5,2 km/h) y así irlo subiendo hasta llegar a llevar un ritmo de 5,7 km/h que es un ritmo buenísimo para estas condiciones. Detrás de nosotros llevábamos al que cerraba la carrera, un chico muy amable que admiraba lo que estábamos llevando a cabo.
Muchos de vosotros os preguntareis como le descifraba lo que veina, pues: “levanta más los pies”, “escalón de subida”, “agacha la cabeza”, “todo piedras”, etc, etc. Todo iba dentro de lo esperado hasta que a media tarde comenzó a llover, eso lo complicaba todo mucho más. Las piedras y rocas patinaban mucho y el peligro se multiplicó en segundos, un esguince o caída era tan fácil como andar un paso mas, ya que había momentos que no le podía decir “cuidado, levanta los pies por piedra”, porque todo lo eran.
Solo deseaba que parase de llover porque si las condiciones no cambiaban sería un milagro llegar a meta. Teniamos a corto plazo el llegar como fuese a Cabacés en el km 52,2 antes del cierre de control de tiempo que eran las 20:40 de la noche, pero lo que no podía imaginar en la vida es que para llegar había de pasar por medio de una niebla que no me veia ni los pies, me va a coger ganas de llorar, no podia decirle a Javier que no veia nada, tenía que estar pendiente de la tierra pero también de intentar ver las marcas que eran cintas y tambien mirar el reloj para saber que estabamos en tiempo. Fueron unos kilómetros donde pensaba que la cabeza me explotaba.
Cuando nos aproximabamos a Cabacés siento unos gritos que eran de mi familia, vinieron mis padres, hermano y como no mi mujer que en estos momentos su soporte es fundamental. Ellos me decían que faltaban 10 minutos para cerrar el control, los tenia delante a dos metros pero…no los veia, fue un momento de angustia y cuando solo faltaban 5 minutos para cerrar el control llegamos, él, Javier Fran “bien” solo tenia los pies tan arrugados del agua que parecían todo una llaga, yo destrozado mentalmente de tanto estres y padecimiento.
Sin dudar en ningún momento y después de comer y beber salimos, ya que en el km 71 hay otro control de paso y teníamos que llegar antes de la 1:30 de la madrugada, en medio 700 m. de desnivel positivo y 800 de desnivel negativo, no se que era peor! Entonces, no se como pero las condiciones van a empeorar todavía mas y que es peor de lo peor?. Perdonar, pero no sabría describirlo.
La subida a la Figuera la hicimos con ansia, desafiando al mundo, pero la bajada a la Vilella Baixa iba a ser muy y muy difícil, todo era fango y la pendiente era muy pronunciada, patinábamos muchísimo, no nos aguantábamos de pie, con esquís se hubiera bajado mucho mejor era a lo que nos teníamos que enfrentar! No tenía miedo, pero si que pensaba que en mis 60 kg para aguantar a Javier pero aquella bajada enjabonada. Una vez acabada la bajada nos dirigimos al control de tiempo de la Vilella Alta donde llegamos a la 1:10 de la madrugada con 20 minutos de sobra!!! Parecía un cuento, pero era real.
Faltaban 20 km para la meta, dicho así me entra la risa si pensase en el tiempo en que puedes tardar normalmente en hacerlos, pero apretaros el cinturón! Al salir dirección a Escaladei subíamos hasta lo alto del pueblo donde había un cruce donde había una niebla que veía a Javier y poco más y tiro a la derecha siguiendo las cintas que nos habían de llevar a Escaladei pero que nos llevarían otra vez a la Vilella Alta.
Después de 40 minutos y 3 km llegamos otra vez al control y yo en un tono alto y un poco atacado de nervios les digo “Que coño pasa si he seguido unas cintas!? Hacia donde es? Que pasa?”. Nos dicen que al llegar arriba donde la niebla era tan intensa había que ir a la izquierda, me quedo como un incrédulo al oírlo, ya que fui siguiendo las cintas. Volvemos hacia arriba y al llegar al cruce tiro a la izquierda y también había cintas. Hago parar a Javier (lo dejo solo) y me dirijo a la derecha para comprobar que yo había seguido unas cintas, y sí, había cintas en los dos lados, pero también tengo que decir que había un cartón identificativos con una flecha reflectante que ponía hacia la izquierda que yo no vi con tanta niebla, no culpo a la organización ni mucho menos, ya que el circuito estaba muy bien señalizado! Que quede dicho!
Yo estaba muy nervioso, me sentía culpable de aquel error. Javier solo me repetía que no llegaríamos en tiempo, ya que en Escaladei estaba el último control de paso al que después de luchar de una manera inhumana llegábamos cuando pasaban 8 minutos del tiempo de corte horario, pero gracias al médico que había de la organización y al resto de voluntarios nos dejaron fichar y asi seguir la carrera, cosa que hubieramos hecho igual, sin duda!!¿ En aquellos momentos no nos preocupaba el tiempo horario de carrera, solo queríamos  acabar aquella bonita historia de superación personal.
Seguimos dirección a la Morera del Montsant sabiendo que teníamos hasta las 9 de la mañana para llegar a Cornudella y con la sensación de que éramos invencibles y que no nos podía parar nada!
Quedaba, sin embargo, la última prueba, ya que la lluvia se va a ofrecer a acompañarnos hasta la meta con un agua que hacia tiempo que no veía cosa igual, y que juntamente con el frescor de la madrugada y el ritmo al que yo no estoy acostumbrado a llevar, hacía que no entrase en calor, llevando un tremendo frío en mi cuerpo. Solo pensaba en que Javier no me pidiera quitarle una piedra de la zapatilla, ya que no hubiera tenido tacto para aflojarle los cordones.
Bajando ya hacia Cornudella por medio de un río, ya que aquel sendero de bajada para nosotros era un riachuelo que nos mojaba los pies hasta los tobillos, ya no notaba el dolor en ningún sitio, simplemente felicidad y un orgullo inmenso de haber tenido el placer de acompañar a aquel HÉROE. Faltando un kilómetro para meta pare para darle un abrazo y decirle lo orgulloso que estaba.
A partir de aquí, todo lo vivido queda ya dentro de nosotros y solo aquellos que han hecho cosas de las que se sienten orgullosos pueden sentir lo mismo que nosotros sentimos ahora.
Espero que en algún momento os hayáis puesto dentro de nosotros.
PD: Agradecer enormemente a Ramón Morató todo lo que hizo por nosotros siguiéndonos las 22 horas de carrera. Soy hombre de memoria y no lo olvido.
PD: Ayer participé en una de las mejores clases de superación personal que alguien pudiera tener, nunca lo olvidaré.
PD A toda la gente que con su materia nos ha ayudado, GRACIAS: Jorcani con las HOKA ONE ONE MAFATE 2, Carlos Ripollés con las barritas energéticas, PH Quirogel, Generación UCAN.

Fotos: Ramón Morató

4 comentarios:

Roke dijo...

enhorabuena a los protagonistas, un reto realmente sorprendente, brutal y emotivo, mi mas sincera admiración

Trail Roquetes dijo...

Cuando las noticias deportivas estan llenas escándolos y otras miserias humanas, bueno es poder tener a mano una lección como la que este par de sujetos nos ha dado.
Menos premios y mas valores.
Menos mirar al podio (menos, digo) y más saber leer una clasificación (el sentimiento que encierra, el sufrimiento que cuesta y el esfuerzo único e individual que conlleva).
No existe un "mejor" en una prueba, esta llena de "mejores", mejor que nos demos cuenta de ello.
Una opinión.

Juan M. González dijo...

Vaya dos titanes y fenomenal trabajo en equipo, !Enhorabuena!

Albert Perez Valero dijo...

Precioso y emotivo a la vez!! Gracias Ramon por contarlo, eso si que es un retazo dificilisimo que precisa de entrega y dedicación!! A ver cuando nos volvemos a ver, que hay muchas ganas!!