Bueno, al fin coincido con el "yeti" Monrasín,
este monstruo de las montañas del que siempre oí hablar pero al que nunca había
visto en acción... hasta hoy y que mejor para ponerlo en movimiento que el
entorno de la desembocadura del río Siurana en el pantano que se forma a los
pies del pueblo que lleva el mismo nombre...Siurana.
Así es que a eso de las 3:15 de la tarde nos pusimos en marcha desde la plaza de
Arbolí, pequeño pueblo casi al límite entre el Montsant y las Montañas de
Prades, cogiendo el G.R. que ya pica
para arriba antes de salir del pueblo mismo y nos sacude el fresquillo de la
tarde.
En un plis plas, antes que nos demos cuenta, llegamos al
despoblado Galicant, caserío en ruinas al borde del acantilado con maravillosas
vistas, foto obligada y seguimos en leve
bajada por el G.R. hasta llegar al río donde el desnivel del terreno forma un
conjunto de cascadas guapísimas, el Gorg y la Gorguina son las únicas que
reconozco pero hay innumerables desde aquí hasta llegar al pantano.
Aquí dejamos el G.R. y seguimos por el Camí dels Gorgs (marcas
azules y amarillas del camí de Sant Jaume...creo). Este es el tipo de senderos
que dan sentido a esto de correr por la montaña, bordeando el río, vadeándolo un
par de veces y adivinando la cinglera en las pocas ventanas que abre la
frondosa vegetación. Espectacular, pero
nada dura para siempre y hay que coger un tramo de pista hasta que llegamos al
Grau de la Trona. Nos metemos algo en el estomago y encaramos la fuerte
pendiente que lleva a lo alto de la cinglera (un poco había que sudar). Aquí
nos encontramos con un par de escaladores y es que aunque a Ramón le duela
(capullo, ¡que no me duele!), estas montañas son para esta gente "lo que Hawaii para los surferos",
pero pasamos de ellos, damos una vueltecica (aquí has estado fino) al filo del
abismo y a un tiro de piedra de Siurana, pero sin llegar a verla, bajamos por
donde subimos, es que ya son las 5 y se hace de noche.
Abajo ya, cruzamos el río...chapuzón obligado (resbalón
traicionero) y para arriba por la otra cara del barranco entre encinas, pinos y
otros que no reconozco que hacen que la noche se anticipe a ratos. Así hasta
llegar otra vez a Galicant aunque esta vez sudando. Aquí ya tuvimos que echar
mano al frontal, un poco de abrigo y seguir por la misma senda que subimos
hasta llegar a Arbolí, eso sí, chino chano que ya no se ve bien y los tobillos
no son los que eran.
Lástima que el bar del pueblo estaba cerrado y nos quedamos
sin cerveza "in situ"...pero en
el siguiente pueblo nos daríamos consuelo.
Pues eso es todo, que no es poco, unos 18 km con casi 1000m+, buen
rollo, muchas fotos y la siempre agradable compañía del amigo
Ramón...alacáscala!!Juan A. Rossi.
FOTOS
2 comentarios:
peazo de cronista, madre mía. leo y parece q estuviera ahí mismo...jajaja un abrazo!!
Eso digo yo...¡pedazo de cronista!! Creo que tenemos que renovar el contrato ya!
Y que la próxima salida sea pronto.
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