Viernes, 5 de Octubre.
El UTAT no se describe, no se cuenta. Lo que se puede hacer es venir a conocerlo; se trata de un conjunto de cosas que le dan forma y no se pueden computar. Tras dias de convivencia cercana, las jaimas del campamento se sustentan de compañerismo y amistad, sin tener la apariencia de partir nómadas como pelo de cabra beréber a merced del viento del Alto Atlas. Una ficha técnica de esta prueba, sería algo reductivo, artificial, pués insuficiente.
Viernes, 5 de Octubre.
El UTAT no se describe, no se cuenta. Lo que se puede hacer es venir a conocerlo; se trata de un conjunto de cosas que le dan forma y no se pueden computar. Tras dias de convivencia cercana, las jaimas del campamento
El UTAT no se describe, no se cuenta. Lo que se puede hacer es venir a conocerlo; se trata de un conjunto de cosas que le dan forma y no se pueden computar. Tras dias de convivencia cercana, las jaimas del campamento se sustentan de compañerismo y amistad, sin tener la apariencia de partir nómadas como pelo de cabra beréber a merced del viento del Alto Atlas. Una ficha técnica de esta prueba, sería algo reductivo, artificial, pués insuficiente.
Viernes, 5 de Octubre.
El UTAT no se describe, no se cuenta. Lo que se puede hacer es venir a conocerlo; se trata de un conjunto de cosas que le dan forma y no se pueden computar. Tras dias de convivencia cercana, las jaimas del campamento
La salida es rápida. Los corredores del ultra marchan
a ritmo de maratón en la salida conjunta con los de esta prueba. Según
lo previsto, yo en un mar estático, atrapando olas de sudor de este
paisaje árido.
Pistas y pequeños senderos atravesando pueblos beréber,
oasis de "yo quiero vivir en este lugar"... así hasta Timichi (km20) - a
mi parecer- punto de inflexión en la prueba. Aquí, debes sentirte "mula
carguera" y portear todo tú sostén sólido durante cuarenta y ocho
quilómetros. Setti Fatma (km30) sólo ofrece liquído, Como contrapartida
es la entrada al sector más impresionante de todo el recorrido. Gestiono
mal la comida, - echo en falta mi pastel - pero bien el estrés que esto
me produce. Al inicio de estos cuarenta quilómetros, una pequeña bolsa
de cien gramos de frutos secos en un bolsillo y la mágia del lugar en el
otro. Mirar atrás, al último avituallamiento no sirve de nada. Correr
por aquí es conocer las reglas para integrarse en su ambiente sin romper
la armonía. Ver la simpatía del pueblo beréber, ver la roca plegada por
la sencillez de estas gentes, es inventar el reglamento del corredor
minimalista para motivarse. Infinidad de puntos creados para llegar a
Azib Likemt (km68). Por fin!, tres platos de buena pasta y Dawa a 40'. Mis mejores sensaciones en el corazón del Atlas, ... qué placer !. Llego
trotando a Tizi n' Tarahate (3456 m), la advertencia es clara:
"attention descente dangereuse". La bajada es técnica, pero hace
referencia al cambio del "microclima" que nos encontraremos en pocos
quilómetros... A Imril, llego como pez sacado del agua. Mojado y sin
apenas aliento. Menudo castañazo!.. y sin plátanos durante toda la
prueba. La humedad es fuerte, como los últimos dieciocho quilómetros de
subida hasta la llegada. Un poco de pasta y un "cadeau pour le deuxième"
en un puesto de fruta saliendo del avituallamiento. Un magnífico y
esplédido plátano ! ... abierto y todo ! Pero el sudor todo lo cierra, y
en los últimos diez quilómetros, no quiero comer, no quiero beber, ni
tan siquiera me apetece sacar el frontal. En la lejanía, el frontal de
Dawa dibuja movimientos al compás de su hipoglucemía. En la lejanía,
tranquilo sobre una piedra, le observó, a él y a la magnífica puesta de
sol que nos acompaña y se escapa como el agua entre mis manos. Es mi
cuerpo y yo decido. La primera regla del Ultra. Tan sencillo, como ver
en esta última luz, los miles de quilómetros recorridos este año.
1 comentario:
Precios, preciso y escueto relato.
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