ANETO

Como nosotros no somos tan duros como Javi, nos fuimos a dormir a la Renclusa el sábado. Partiendo del parking que hay antes de los Llanos del Hospital (obligatorio porque dos forestales y una barrera impedían llegar hasta el otro parking) llegamos hasta la Renclusa, lo cual ya fue una muy buena pateada de 2 horas y media.

Madrugón el domingo y a las 7 de la mañana empezamos a subir las palas que nos conducían hasta el Portillón Superior. Dos horas hasta poder hacer la fotografía típica desde el Portillón con un Aneto impresionantemente bonito al fondo. A partir de allí, largísima travesía hasta coger las palas que llevan a la cima del Pico más alto del Pirineo. Dos horas y media más para completar el ascenso en 4,30. La pena es que después de estar viendo la cumbre despejada desde el Portillón, llegamos a la cima a la vez que un buen grupo de nubes que cubrió toda la cresta, dejándonos sin las impresionantes vistas de las que disfruta el Aneto. Con muy poca gente coincidimos arriba, 3 que ya comenzaban el descenso y una pareja que llegaba cuando nosotros ya nos ibamos para abajo. Mi octavo Aneto en esta ocasión, segunda con esquís y la tercera vez que no cruce el paso de Mahoma, no me gusta mucho con nieve y no tenia ganas de ponerme los crampones,pero Enrique, en solitario, completo la expedición.

El descenso impresionante, sobre todo para Enrique que al ir con tabla disfruto como un enano, a mi con esquís me resultó un poco más difícil de manejar la nieve, aunque estaba bastante aceptable hasta el mismo Forau de Aiguallut en menos de una hora, la lástima es que la mejor zona, los 300 primeros metros, estaban cubiertos por la niebla.

El Forau de Aiguallut, totalmente cubierto de nieve y solitario como nunca, solo lo puedo definir con una palabra: paradisíaco. Después de casi una hora de disfrutar de este lugar y cuando ya partíamos, nos encontramos con Miguel e Isabel que estaban disfrutando de un bonito día de raquetas.

Desde allí hasta el coche, 2 horas que más bien eran de esquí de fondo para mi y de pateo para Enrique, pero por un paraje tremendamente bonito y con muy poca gente en esta ocasión.

Por su parte Javi y Jesús partieron de los Llanos del Hospital a las 7,30 de la mañana y 7 horas más tarde hacían cumbre, por tanto no coincidimos hasta nuestro bar favorito de Benasque.

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