
Xevi Guinovart, corredor de montaña desde los
años 90, integrante de una histórica selección Catalana que a principios de
siglo consiguió varios títulos mundiales. Fue también seleccionador del equipo
catalán y ha sido Director Técnico de The Trail Zone así como diseñador de
circuitos de Trail. Organizador de la Trail Vall de Ribes y colaborador de la
Hivernal Campdevanol.
LA ANTIEVOLUCIÓN DEL TRAILRUNNING: LUCES Y
SOMBRAS.
¿El trailrunning está condenado a morir de
éxito?. No todo pueden ser peras en dulce, y está bien ser un poco
críticos en este circo del postureo del trailrunning. Carreras y
corredores, corredores y carreras. Cada fin de semana podemos escoger entre
diferentes eventos repartidos por todo el territorio. En muchos casos están
organizados por entidades locales, agrupaciones excursionistas, grupos de
amigos, etc., y en otros casos están diseñados y coordinados por empresas. Pero
vamos a empezar por el principio y centrarnos en las primeras.
El trailrunning es un deporte joven. Su
inicio lo encontramos en los Alpes italianos, skyrunning puro y duro,
o en el continente americano, dónde desde mediados del siglo pasado se
disputaban, y se siguen disputando, diferentes carreras de. En nuestro país,
tal y como lo conocemos actualmente, se empezó a forjar con el cambio de siglo.
No obstante, en los años 90 ya teníamos algunas carreras pioneras en esto de
correr por la montaña. Por ejemplo, la recordada Maratón del Aneto y alguna que
otra que estaba avanzada a su tiempo. En todos estos años, más de dos
décadas, nuestro deporte y nuestros deportistas, han cambiado mucho.
En ese cambio de década, los que
correteábamos por el monte, muchas veces éramos criticados por los puristas del
montañismo. Los académicos de la montaña, especie que abundaba en
aquella época por las laderas de las nuestras cordilleras, se creían dueños y
señores de aquellos dominios que únicamente pertenecen a la Diosa Naturaleza.
Dada la escasez de carreras sabíamos nuestro calendario de competiciones
prácticamente antes de hacerse público. Pero eso sí, allí estábamos todos, no
perdonábamos una. Ni tampoco exigíamos demasiado, más allá de una ducha
(muchas veces ni eso) y pasar un buen rato entre compañeros y rivales.

Y el tema material, ni entramos a valorarlo,
merecería un artículo completo a parte. Así era nuestro deporte, sin selfis,
sin postureo. Éramos pocos, raros, pero con un amor incondicional por
el deporte, por el aire libre, por las montañas, sin aspavientos, sin
querer presumir de nada, humildad en estado puro. De ahí, en esos tiempos, se
fraguaron grandes amistades que aún hoy día perduran, y perdurarán.
Corremontes por pura diversión
La sociedad ha evolucionado, y con ella el
deporte en general y el nuestro en particular. Se ha mejorado mucho,
facilitando la gestión de inscripciones, los sistemas de crono, las fotografías
o vídeos. A nivel de material técnico la transformación para disfrutar
de nuestro deporte ha sido brutal. Desde el calzado a la nutrición,
pasando por el entrenamiento y los complementos. Y todo esto es bueno, claro
que sí. No nos engañemos, si las empresas del sector, por ejemplo, calzado y
textil, apuestan por sacar nuevos modelos y por seguir mejorando el producto
final con su departamento de I+D, es porque cada vez hay un número mayor de
practicantes y de consumidores. La línea básica más normal con la que trabaja
cualquier empresa, sea del sector que sea.

Trailrunning y carreras de montaña populares
Si se reclama ese ansiado retorno al pasado. A la
libertad de las montañas, a los eventos populares y que todo se realice de
manera altruista por los organizadores. ¿Por qué los mismos corredores exigen
cada vez más, obligando a la profesionalización de las carreras de montaña?
¿Alguno disputaría una carrera sin fotos, sin vídeos, con un Excel como
cronometraje, con agua en los avituallamientos y un simple bocadillo al final?
Y un largo etc. de extras a los que el organizador se ve obligado disponer para
tener contento al participante. Y a la postre para que éste, sin pararse a
pensar ni un solo segundo en todo lo que conlleva la coordinación de un evento,
se ponga a despotricar y faltar al respeto a voluntarios y organizadores por
las redes sociales si algún aspecto organizativo no es de su pleno agrado.
La falta de empatía con los organizadores, en la
mayoría de casos totalmente voluntaria durante meses, para el regocijo y
diversión final de los corremontes, va a llevar, y de hecho ya lo ha hecho con
algunas, a la desaparición de las carreras por el cansancio de los
organizadores al tener que soportar según que actitudes. Porque señores y
señoras corredores, no todo vale, por mucho que sea voluntario,
valoremos un poco más todo el trabajo que hay detrás.
¿Deberíamos, los que llevamos en esto de
corretear por las montañas desde finales del siglo pasado, menospreciar y
perseguir a los que descubren ahora este deporte? No, claro que no, al
contrario, debemos ayudarlos a entender su filosofía y respeto hacia la
naturaleza, por mucho que siga su lógica evolución. No es demasiado normal que
estos “nuevos enamorados” de la montaña exijan unas organizaciones perfectas y
totalmente voluntarias, sin cortarse un pelo a la hora de gritar y en algunos
casos llegar a faltar el respeto a los voluntarios que se levantan a las 6 de
la mañana para hacer disfrutar a los participantes.

El aquí aprendiz de escribiente empezó con el
deporte al aire libre a muy corta edad, y ya desde finales de los 90 correteaba
por el monte. Quizá por eso, junto con el hecho de haber sido corredor
internacional, seleccionador, preparador, voluntario y organizador, le entristece
ver la evolución social (no la deportiva) que nuestro amado deporte
está teniendo en los últimos años.
Seguiremos soñando y creyendo que la
antievolución se puede frenar. Reflexionemos un momento, por favor.
2 comentarios:
Amén
Eres una persona heroica!
Un ejemplo a seguir!
Buena salud para ti.
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