jueves, 19 de enero de 2012

RUTA POR EL ABADIADO EN BTT

Duración haciendo fotografía: 02:30
Tipo: BTT
Distancia: 36km. (+3,-1)

INTRODUCION: Esta es una ruta en BTT que hace disfrutar al más pintado. Buenas pistas, gozada de vistas, y además un poco de historia de nuestra tierra. Una pena ver las ermitas destruidas. La despoblación ha dado origen a que desaparecieran los puestos de trabajo de mantenimiento, un puesto de trabajo fundamental para que no se destruyan las construcciones antiguas. Buenas vistas de la sierra y la hoya gracias al un poquillo de aire que hacía. Nosotros no lo notábamos. Menos mal, pues la tarde pintaba algo ventosa. La temperatura muy buena para este tiempo, casi calor.


LA RUTA
Salimos de Huesca por el camino de Salas, seguimos rectos cruzando el puente sobre el río Isuela. Sin desviarnos hasta coger la trialera que sale poco antes de llegar al río Flumen, que no se puede cruzar por aquí pues no hay puente. Tras un rato de trialera, un cartel indicador hacia Tierz, al que seguimos, cruzamos el río Flumen por el puente y todo rectos sin coger los desvíos llegamos a cruzar la carretera Tierz-Bellestar del Flumen. Una vez cruzada salimos rectos por la pista donde nos cruzamos con Ramón. Breve conversación y seguimos hasta la Caseta Redonda (El Miedo Guarda la Viña). De aquí al Saso de Tierz por la trialera y cuesta del Moto-cross. Ya en el Saso, vamos hacia el norte por la pista y  nos metemos en las trincheras. Seguimos la ruta hasta el Estrecho Quinto pasando por la Cruz de los caídos y bajando por la trialera. De aquí a Loporzano por carretera hasta el desvío a Bandalies. Por pista a Loporzano, una vez aquí salimos por una pista que sale del este de Loporzano, hacia el norte, a los pocos metros otra pista indicada sale al Este, nos llevará a Bandalies. Y de aquí por una pista que sale al Norte, al inicio cruz de camino, ya se ve Ayera, al que llegamos sin problemas. Cruzamos el barrio bajo, llegamos al barrio alto y nada mas coger la carretera a Bandalies una pista a la izquierda y hacia el Norte nos llevará primero a
la Ermita de San Esteban, y luego siguiendo por la pista del Norte, dejando la del Este que lleva a Sipan, llegaremos tras un par de Km. al inicio de la trialera (cartel indicador) por bosque de carrascas que enseguida lleva a las piedras fecundantes (otras teorías, Silo árabe) y a la piedra fálica. Volvemos por nuestras rodadas a Ayera, al barrio bajo, y seguimos por pista directos sin salirnos de la buena y yendo hacia el Oeste, llegamos tras un par de subidicas hasta la Ermita de San Fertús. De aquí siguiendo la pista recién arreglada que nos lleva hasta casi Castilsabás. Un cartel indicador de Loporzano y Ermita del Viñedo. 
Decidimos volver por Loporzano pues hoy es el día mas corto del año (21 de diciembre), y se nos va a hacer de noche si no aceleramos la vuelta. Por lo que cogemos la pista hacia el sur, que directamente nos lleva a Loporzano, sin entrar en el pueblo seguimos por la carreterilla hacia el sur, cruzamos la carretera Bandalies, y llegamos la Estrecho quinto. Bajamos por la trialera, de aquí a Quicena y ya por la carretera secundaria a la Zona Industrial de Huesca y “pa casita”, ya es de noche. Hemos apurado al máximo.

Pequeña reseña de lo visto:
Caseta redonda: a lo largo de la historia ha tenido diversos usos, el primero para guardar la Viña,  peaje pastoril, en la guerra civil (defensiva).

Trincheras de Tierz.
Puerta de Loporzano en ruinas con su escudo y número de calle. Preciosa y monumental su arco.
Cruz de camino en Bandalies.
Ermita de San Esteban de Ayera.
Piedras fecundantes (o silo árabe).
Falo.
Ermita de San Fertus.
Y la Sierra de Guara: desde Gratal hasta las últimas estribaciones del mismísimo Guara.

RESUMEN DE LO VISTO:
Puerta de Loporzano.
Portada con arco semicircular o apuntados, hilvanados mediante colosales dovelas de arenisca. Puerta de madera con extraordinario  herrajes. Magnífico escudo.

Ermita de San Esteban.
Sobre una roca de arenisca está construida la ermita de San Esteban de planta rectangular. Construida en sillarejo y totalmente abandonada con la cubierta hundida, muestra su interior de cuatro tramos separados por arcos apuntados que arrancan directamente desde el suelo. Rodeando a este edificio de San Esteban. existe cementerio medieval excavado en la roca, con sepulcros antropomorfos de variado tamaño y todos ellos orientados hacia Levante. Igualmente pueden apreciarse dos grandes depósitos o cistas que han quedado abiertos de forma perpendicular por su mitad al desgajarse una parte del bancal de piedra en el que fueron excavadas.

Piedra de los Moros.
La Piedra de los Moros de Ayera esta rodeada de un encinar. La roca tallada por el hombre Comenzando por el lado de sur, encontramos un gran falo perfectamente esculpido de unos cuatro metros de altura. Sigue hacia el norte un espolón pétreo vaciado a pico en su interior, con una gran cavidad rematada en la cabecera por otra más pequeña. En su 
cara norte, cerca del falo, hay una pequeña oquedad que permite la estancia de una persona en cuclillas. Restan a los lados dos salientes que quizá sirvieron para cubrir el hueco.
La Piedra de los Moros, en esta parte, forma en su vaciado interior un par de paredes al exterior, que se interrumpen con el acceso que lleva a la última prolongación. Esta mole occidental presenta en su ingreso de escalones rebajados, cilleros a los lados, arriba la superficie muestra 
varias bocas de silo que por dentro se comunican mediante agujeros practicados en las finas paredes, rebajadas a pico. En la zona de levante, junto a una especie de fosa, están las huellas que dejara la reina mora en su salto: un pie normal de mujer y otra huella informe al lado. Los pies están cambiados. Al parecer la persona que manipuló la roca, con estas huellas, utilizó su propio pie para plantilla una vez hecha la informe extremidad derecha, sin darse cuenta de que volvía a poner otro pie derecho.
La Piedra de Los Moros es muy importante, no sólo por lo gigantesca, 
también por la amplia gama de símbolos fertilizadores que presenta: falo descomunal, posible útero monumental en la segunda roca y las únicas huellas que encontramos de reina mora. Su uso también la hace singular, sirvió como las demás para fertilizar mujeres pero también para el grano. El cillero no formó parte de ningún castro ni hábitat que estarían documentados. La prospección del terreno no da más que fragmentos de cerámica. Todo eso nos hace suponer que hasta allí se llevaban anualmente las semillas, destinadas para la sembradura con el fin de que tomaran de la piedra el poder fecundante, así el cereal sería más prolífico.

Esto nos cuenta la leyenda: En Santolaria -Santa Eulalia la Mayor- había un rey moro que tenía presa a su hija en la torre del castillo que aún está en pie. La hija, cansada de estar encerrada, dio un salto desde un balcón, yendo a parar aquí y dejando las pisadas del salto clavadas en la misma piedra.
El abandono y la erosión en la cara sur ha provocado la fractura del cantil con la pérdida de bastante superficie horadada para cías." Manolo Benito Moliner

Ermita de San Fertus.
Otra ermita arruinada.
Presenta planta cuadrada, orientada al este su cabecera plana. Está edificado en buena sillería. El interior está totalmente invadido por zarzas y maleza. 
Javisa.

No hay comentarios: