El día de antes, cosquilleo en el estómago. Ganas de empezar, de sentir. Emoción como un crío. Subo a Ainsa con Ramón y Michel. Hablamos de carreras. Subo desde el hotel a la plaza andando, me duele la rodilla. ¿Me canso? Cena con un gran grupo. Charlo con Pedro Vicente, que bien sabe contar historias! Es un hombre super simpático-muchos corredores lo son. Ceno casi igual que Roberto Anés que está a mi lado- bueno sin atún y el no bebe el vino- yo si ( a ver si comiendo igual que él corro igual- lo dudo.)
El día siguiente. Temperatura fabulosa en la plaza. La visita al baño - menos mal, no quiero ir en medio de la carrera. Nos ponemos en la línea. Minuto de silencio en memoria. No conocí personalmente a Irene. Silencio absoluto. Miro la luna, me pongo a pensar en los que nos han dejado últimamente que he conocido yo, ¿podría una carrera servir de homenaje? No sé, dedico unos pensamientos a todos ellos, a ver si la carrera puede tener más valor.
Salida, un pensamiento en mente: llegar a Lafortunada tal como había empezado la carrera. Lo tengo claro. La carrera empieza allí Todo lo de antes no cuenta. Ando las subidas. Veo a Óscar saliendo a toda velocidad- ya se pierde en la distancia. Disfruto, fresco, sombras, subidas suaves, bajadas para correr. Un placer. Gozo puro. Olores, vistas. Sin sufrimiento. Pasamos la Peña Montañesa. Voy genial, tengo un plan- conservar todas mis fuerzas. Lo consigo.
Lafortunada, cojo bastones- como bastante -¿demasiados plátanos quizás? Pregunto a Ramón si tengo tiempo, dice que llegaré con dos horas de tiempo a Bielsa. Todo va bien, según el plan.
Empiezo la subida, voy fuerte, cogiendo a gente. ¿Paro a mear? No, cinco minutos más. Paro a beber? No, diez minutos más. Un fallo- ahora pienso que es mi fallo. Sanagustín lleva una botella todo el tiempo el la mano- Sangustín sabe lo que hace. Tengo una botella en el bolsillo de la mochila, pero no es fácil cogerla. Bebo menos de lo que podría, Solo lleno medio litro entre paradas- y no bebo todo, ni mucho menos.
Tella llega, la bajada al dolmen. Corro, adelanto más, voy como nuevo, como un rayo. ¡Que vistas! Me encuentro con Carlos de Siétamo- compañero de habitación y de entrenos. Tiene mal el tobillo- ¿Cómo es posible que le he cogido? Ha salido demasiado fuerte dice- ahora lo paga. Me cuenta una historia rara, difícil de creer sobre algo que le había pasado.
Subida a Portiello. Genial, vistas impresionantes. Vamos con Ornitorrinco y los de Barbastro. Ornitorrinco se mete en un abrevadero hasta casi la cintura me parece. Subida fuerte pero llegamos arriba. Descenso bonito, vistas sobrecogedoras de nuevo. Nos perdemos un gran grupo siguiendo sendas de ganado. Otra vez encontramos el camino. A Bielsa. Que bien hubiera sido terminar allí. Coca Cola. 10 minutos o algo así y a seguir.
Que calor hace! Solo falta una hora para el corte, pienso que algunos no van a llegar. No hemos ido rápidos, pero lentos tampoco. La subida viene. Sube, baja un poco y sube de nuevo- Pendientes super fuertes.
Le digo a Carlos que nos faltan 600m de desnivel, se hunda- había pensado que casi estamos. Nos adelanta gente. Bebo muy poco. Sé que no tendré suficiente agua para llegar al collado. Tengo sed, bastante, Me quito la gorra, me da calor. Vamos en sombra- bueno sol y sombra. Menos mal- sino seria infernal.
Carlos flojea - raro- ha hecho Zegama hace poco, y Guara rápido. Tomamos una muy buena decisión, Nos sentamos 5 minutos. Tomamos un gel cada uno. Nos levantamos. Empezamos a ir mejor- mucho mejor. Alcanzamos a gente. Tengo sed. Cruzamos una pequeña cascada. Pasamos por medio, mojando los pies. Que gusto. Ampollas ? No creo. Relleno mi cantimplora del río. Espero que no haya animales arriba, pero ya no me importa- tengo que beber. Paso a un corredor. Va muy mal, parece abatido., confuso. Le digo que descanse, que tome un gel que tiene y que beba agua- ahora es el momento para su gel. Espero que llegue- no lo sé. Nos mojamos las gorras en el agua y a la cabeza. Carlos va como una moto, adelanta. Me paro a mear- es la segunda vez en toda la carrera- demasiado poco. Me he obligado a comer un poco- y tengo energía. La subida sigue, ahora vemos el final.
Llego. Bien. Ramón está allí. Bajará conmigo dice. Las vistas son soberbias. Como muchas veces los músculos de la tripa me han dolido mucho cuando empiezo a trotar. Andando bien pero al correr, tengo dolores con cada paso.
Empiezo a bajar sin Ramón- ya me cogerá. Tengo 3 horas para llegar. Voy bien, pocos dolores ahora. Por hierba. Vuelo. Adelanto a todo el mundo. ¿Cómo es posible? Llevo 50 km y voy como nuevo. Disfruto. Me alcanza por fin Ramón, saca fotos - se sorprende. Bajo por medio de un río. Me da lo mismo, salto, corro. Vale, sufrí algo en la subida pero ahora, que gozada!
Adelantaos a Ornitorrinco y los otros Barbastrenses. Los animo a correr. Empiezan todos, formamos un tren. Llegamos a Carlos, ha bajado bien también.
A Señés. Hay un chico sentado en una silla, sin zapatillas. Parece fuerte, no sé si ha abandonado o que. Me bebo un trago de agua o dos.
Y de repente, en 10 segundos, todo cambia. Me entran nauseas. Me abandonan las fuerzas- pero de golpe. Empiezo a mover, a trotar- no puedo. Voy con Ramón y Carlos. Bebo de una fuente, agua fría. Nada. En cuestión de un par de minutos me veo reducido a una sombra de lo que era. Llegamos a una cuesta. Carlos y Ramón se adelantan. Las nauseas siguen, van a más. Estoy completamente sin fuerzas. Vomito. No sale nada. Y otra vez, y otra. Si pudiera echar algo me sentiría mejor, quizás.
Miro el reloj, cada vez me queda menos tiempo para llegar. Tengo que llegar. Sigo, esfuerzo terrible. No puedo subir. Me pasan corredores, Puedo ver Plan abajo. Espero que no haya subidas hasta Gistain, Intento andar deprisa.
No puedo creer lo que me ha pasado. Tengo sed, pero no puedo beber, tengo muchas nauseas. Mi labios están super secos. Espero no desmayarme. Me podría caer por un precipicio. No voy a llegar. Que ridículo. Me siento en una piedra un par de minutos. A 3 km de meta. Pasa una hora, no llego a Gistain. Me acuerdo el caso de David, que me dijo una vez en la carrera de GRP que tuvo que abandonar cuando podía ver la meta. Veo otra gente que va muy lenta. Todos con su sufrimiento personal. Me siento al limite otra vez- ya me ha pasado esto otra vez.
Poco a poco mejoro un poco, no sé por qué. Llego a Gistain. Corro un poco la bajada. Por la senda hasta San Juan voy bien. Llego, mi garmin ha dejado de funcionar. Pregunto la hora- aún me quedan minutos. Ando, corro más lento que ando y llego. Saludo como me había dicho mi hijo mayor con los brazos en alto. Beso a mi anillo. Estoy fatal.
Tomo una cerveza, está asquerosa, bebo dos tragos. Me tumbo en el suelo. Estoy exhausto, totalmente gastado. Me tumbo de lado. Me cae la baba, hasta una lágrima. Si vomito al menos estoy en la posición correcta! Me ve una chica de las ambulancias. Pregunta cómo estoy. Mal, digo. Vuelve, pregunta de nuevo, me levantan entre tres o cuatro y a la ambulancia.
Miden glucosa, tensión. No estoy muy mal, pero me meten un gotero con glucosa- creo. Una hora en la ambulancia. Fabulosa la atención en la ambulancia con la médico - una belga que es corredora, y el enfermero Alfredo de Ainsa. Gracias, Después me encuentro mucho mejor. A cenar.
Ya está. Otra ultra. En esta solo sufrí de verdad al final.
Hay que aprender, sacar lecciones.
Que he hecho bien? Regular el ritmo, no me he cansado, muscularmente voy genial. He disfrutado. Mi equipo funciona, articulaciones perfectas, nada de ampollas.
¿Y qué he hecho mal? No beber lo suficiente. Está claro. Tengo que solucionar el tema del agua. No parar, comer un poco mal.
Han pasado tres días y estoy corriendo de nuevo, voy rápido. Ahora nos espera el Aneto. Las carreras ultra te enganchan, si empiezas en este mundillo, cuidado. Terminas una y piensas en la siguiente. A seguir, que el mundo no para nunca, a mejorarnos. Soy mal corredor, pero me da igual. No compito, ni contra mi mismo. Como decía Obama “Yes we can!”
El día siguiente. Temperatura fabulosa en la plaza. La visita al baño - menos mal, no quiero ir en medio de la carrera. Nos ponemos en la línea. Minuto de silencio en memoria. No conocí personalmente a Irene. Silencio absoluto. Miro la luna, me pongo a pensar en los que nos han dejado últimamente que he conocido yo, ¿podría una carrera servir de homenaje? No sé, dedico unos pensamientos a todos ellos, a ver si la carrera puede tener más valor.
Salida, un pensamiento en mente: llegar a Lafortunada tal como había empezado la carrera. Lo tengo claro. La carrera empieza allí Todo lo de antes no cuenta. Ando las subidas. Veo a Óscar saliendo a toda velocidad- ya se pierde en la distancia. Disfruto, fresco, sombras, subidas suaves, bajadas para correr. Un placer. Gozo puro. Olores, vistas. Sin sufrimiento. Pasamos la Peña Montañesa. Voy genial, tengo un plan- conservar todas mis fuerzas. Lo consigo.
Lafortunada, cojo bastones- como bastante -¿demasiados plátanos quizás? Pregunto a Ramón si tengo tiempo, dice que llegaré con dos horas de tiempo a Bielsa. Todo va bien, según el plan.
Empiezo la subida, voy fuerte, cogiendo a gente. ¿Paro a mear? No, cinco minutos más. Paro a beber? No, diez minutos más. Un fallo- ahora pienso que es mi fallo. Sanagustín lleva una botella todo el tiempo el la mano- Sangustín sabe lo que hace. Tengo una botella en el bolsillo de la mochila, pero no es fácil cogerla. Bebo menos de lo que podría, Solo lleno medio litro entre paradas- y no bebo todo, ni mucho menos.
Tella llega, la bajada al dolmen. Corro, adelanto más, voy como nuevo, como un rayo. ¡Que vistas! Me encuentro con Carlos de Siétamo- compañero de habitación y de entrenos. Tiene mal el tobillo- ¿Cómo es posible que le he cogido? Ha salido demasiado fuerte dice- ahora lo paga. Me cuenta una historia rara, difícil de creer sobre algo que le había pasado.
Subida a Portiello. Genial, vistas impresionantes. Vamos con Ornitorrinco y los de Barbastro. Ornitorrinco se mete en un abrevadero hasta casi la cintura me parece. Subida fuerte pero llegamos arriba. Descenso bonito, vistas sobrecogedoras de nuevo. Nos perdemos un gran grupo siguiendo sendas de ganado. Otra vez encontramos el camino. A Bielsa. Que bien hubiera sido terminar allí. Coca Cola. 10 minutos o algo así y a seguir.
Que calor hace! Solo falta una hora para el corte, pienso que algunos no van a llegar. No hemos ido rápidos, pero lentos tampoco. La subida viene. Sube, baja un poco y sube de nuevo- Pendientes super fuertes.
Le digo a Carlos que nos faltan 600m de desnivel, se hunda- había pensado que casi estamos. Nos adelanta gente. Bebo muy poco. Sé que no tendré suficiente agua para llegar al collado. Tengo sed, bastante, Me quito la gorra, me da calor. Vamos en sombra- bueno sol y sombra. Menos mal- sino seria infernal.
Carlos flojea - raro- ha hecho Zegama hace poco, y Guara rápido. Tomamos una muy buena decisión, Nos sentamos 5 minutos. Tomamos un gel cada uno. Nos levantamos. Empezamos a ir mejor- mucho mejor. Alcanzamos a gente. Tengo sed. Cruzamos una pequeña cascada. Pasamos por medio, mojando los pies. Que gusto. Ampollas ? No creo. Relleno mi cantimplora del río. Espero que no haya animales arriba, pero ya no me importa- tengo que beber. Paso a un corredor. Va muy mal, parece abatido., confuso. Le digo que descanse, que tome un gel que tiene y que beba agua- ahora es el momento para su gel. Espero que llegue- no lo sé. Nos mojamos las gorras en el agua y a la cabeza. Carlos va como una moto, adelanta. Me paro a mear- es la segunda vez en toda la carrera- demasiado poco. Me he obligado a comer un poco- y tengo energía. La subida sigue, ahora vemos el final.
Llego. Bien. Ramón está allí. Bajará conmigo dice. Las vistas son soberbias. Como muchas veces los músculos de la tripa me han dolido mucho cuando empiezo a trotar. Andando bien pero al correr, tengo dolores con cada paso.
Empiezo a bajar sin Ramón- ya me cogerá. Tengo 3 horas para llegar. Voy bien, pocos dolores ahora. Por hierba. Vuelo. Adelanto a todo el mundo. ¿Cómo es posible? Llevo 50 km y voy como nuevo. Disfruto. Me alcanza por fin Ramón, saca fotos - se sorprende. Bajo por medio de un río. Me da lo mismo, salto, corro. Vale, sufrí algo en la subida pero ahora, que gozada!
Adelantaos a Ornitorrinco y los otros Barbastrenses. Los animo a correr. Empiezan todos, formamos un tren. Llegamos a Carlos, ha bajado bien también.
A Señés. Hay un chico sentado en una silla, sin zapatillas. Parece fuerte, no sé si ha abandonado o que. Me bebo un trago de agua o dos.
Y de repente, en 10 segundos, todo cambia. Me entran nauseas. Me abandonan las fuerzas- pero de golpe. Empiezo a mover, a trotar- no puedo. Voy con Ramón y Carlos. Bebo de una fuente, agua fría. Nada. En cuestión de un par de minutos me veo reducido a una sombra de lo que era. Llegamos a una cuesta. Carlos y Ramón se adelantan. Las nauseas siguen, van a más. Estoy completamente sin fuerzas. Vomito. No sale nada. Y otra vez, y otra. Si pudiera echar algo me sentiría mejor, quizás.
Miro el reloj, cada vez me queda menos tiempo para llegar. Tengo que llegar. Sigo, esfuerzo terrible. No puedo subir. Me pasan corredores, Puedo ver Plan abajo. Espero que no haya subidas hasta Gistain, Intento andar deprisa.
No puedo creer lo que me ha pasado. Tengo sed, pero no puedo beber, tengo muchas nauseas. Mi labios están super secos. Espero no desmayarme. Me podría caer por un precipicio. No voy a llegar. Que ridículo. Me siento en una piedra un par de minutos. A 3 km de meta. Pasa una hora, no llego a Gistain. Me acuerdo el caso de David, que me dijo una vez en la carrera de GRP que tuvo que abandonar cuando podía ver la meta. Veo otra gente que va muy lenta. Todos con su sufrimiento personal. Me siento al limite otra vez- ya me ha pasado esto otra vez.
Poco a poco mejoro un poco, no sé por qué. Llego a Gistain. Corro un poco la bajada. Por la senda hasta San Juan voy bien. Llego, mi garmin ha dejado de funcionar. Pregunto la hora- aún me quedan minutos. Ando, corro más lento que ando y llego. Saludo como me había dicho mi hijo mayor con los brazos en alto. Beso a mi anillo. Estoy fatal.
Tomo una cerveza, está asquerosa, bebo dos tragos. Me tumbo en el suelo. Estoy exhausto, totalmente gastado. Me tumbo de lado. Me cae la baba, hasta una lágrima. Si vomito al menos estoy en la posición correcta! Me ve una chica de las ambulancias. Pregunta cómo estoy. Mal, digo. Vuelve, pregunta de nuevo, me levantan entre tres o cuatro y a la ambulancia.
Miden glucosa, tensión. No estoy muy mal, pero me meten un gotero con glucosa- creo. Una hora en la ambulancia. Fabulosa la atención en la ambulancia con la médico - una belga que es corredora, y el enfermero Alfredo de Ainsa. Gracias, Después me encuentro mucho mejor. A cenar.
Ya está. Otra ultra. En esta solo sufrí de verdad al final.
Hay que aprender, sacar lecciones.
Que he hecho bien? Regular el ritmo, no me he cansado, muscularmente voy genial. He disfrutado. Mi equipo funciona, articulaciones perfectas, nada de ampollas.
¿Y qué he hecho mal? No beber lo suficiente. Está claro. Tengo que solucionar el tema del agua. No parar, comer un poco mal.
Han pasado tres días y estoy corriendo de nuevo, voy rápido. Ahora nos espera el Aneto. Las carreras ultra te enganchan, si empiezas en este mundillo, cuidado. Terminas una y piensas en la siguiente. A seguir, que el mundo no para nunca, a mejorarnos. Soy mal corredor, pero me da igual. No compito, ni contra mi mismo. Como decía Obama “Yes we can!”
Martín Scofield
13 comentarios:
Genial Martin, estupenda crónica, ánimo que seguro que aprendemos de estos pequeños "fallos" que nos hacen más fuertes y después de todo dan más emoción a las carreras...
Gracias por tu crónica, me ha gustado leerte, aunque más cuando ibas tan bien, luego deseando de terminarla para ver como acaba, bien, me alegro que llegases, ufff... y que estés bien.
Buena Martín, trasmite muy bien las buenas y las malas sensaciones. En Isaba creo que terminé un poco como tú -o peor-, por eso todavía he "sufrido" más al leerte... Y me ha gustado más también. Por cierto, que por otra parecida me he apuntado este año a la ultra de Guara.
¡¡Estamos todos locos!!
Felicidades Martin, por la carrera y por la cronica, aunque lo de mal corredor te sobra. Nos vemos en Aneto. Saludos.
Bonita crónica Martín. Es bueno saber expresar las sensaciones que uno tiene. En una carrera larga por nuestra cabeza pasan sensaciones buenas y malas, depende de como uno se encuentre en cada momento. Lo importante es saber superar los malos momentos, tanto físicamente (hidratando, comiendo, descansando), como mentalmente. Por lo que veo tú lo superas todo. Enhorabuena. A mí por mi parte me pasó de todo, me perdí, me caí dos veces, se me subían las bolas, etc... Que no es oro todo lo que reluce. Llevo un mes muy cargado, sin descansar, Cara Amón, Zegama, Garmonegro, Llena CAntal, Canfranc-CAnfranc, Guara, Sobrarbe, mas todos los entrenos, y la que me queda para este fin de semana, Vilaller. Y a descansar, si puedo.
Enhorabuena a todos lo corredores, porque han aprendido a sufrir.
Chao.
Buena crónica, toda una lección. Yo me quedé en Bielsa y me llené de envidia sana viendoos llegar en Plan.
Felicidades por otra muesca mas.
Hola Martin, me llamo Juan, recuerdo que te vi sentado en una sombra, y te "ordene" ponerte en marcha, se que uno se abandona facilmente en esa situacion,ya cerca de Gistain, estabas realmente "ido", me habias adelantado como un rayo en la bajada de la cruz de Guardia, me quede preocupado, hasta que te vi en la meta, eres un campeon, algunos sufrimos y luchamos mas que los vencedores. Somos todos nuestros propios campeones. Animo, a por el Aneto!!!
coooooooo no hagas caso el dolor es solo mental martin mira yo cada dia mas joven hay que competir claro pero a la vez mirar el paisaje y con eso se te van todos los males jerjejejejejejeje cuidate
teiiiiiitooooooooo
a por el aneto mi primer tresmil claro yo no lo corro pero mi fuerza os acompañara a todos los que vais y recordar que atras siempre hay una cara amiga
Enhorabuena Martin... todo el mundo sufrimos mucho para acabar esta ultra.. nos vemos en la Boca..
JOE MARTIN,CADA VEZ QUE HACES UNA CRONICA ME HACES SUFRIR MAS,ANIMOOO
Gracias a todos por vuestros comentarios. Recuperado y corriendo de nuevo. ¡Que bonito es el verano!
Nos veremos por los trails. Hasta la próxima.
eres un crac martin!!!!!
Se me pusieron los pelos de punta!
Felicidades sólo por intentarlo, después por vivirlo, conseguir llegar, y explicarlo de esta manera.
Un saludo desde Terrassa!
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