martes, 25 de marzo de 2008

NO PUDO SER. ¿O SÍ QUE FUÉ?

87 millas le faltaban a Marine para llegar a Nome. Escasamente 140 km después de haber recorrido más de 1600.
Finalmente no se ha podido cumplir el reto y José Diego Estébanez ‘Marine’ se retiró el pasado domingo de la travesía Iditarod Trail Invitational después de 27 días de marcha y de llegar al límite de sus resistencia mental y física.La organización informaba el viernes de que el montañero y aventurero cántabro, afincado en Huesca, había llegado al punto de control de Shaktoolik, situado a 842 millas de la salida, y con unas 350 más por delante hasta la meta de Nome.
El domingo, en una primera información, se comunicaba que había pasado ya por Koyuk, (890 millas) y que había llegado a Elim (938 millas) lugar en el que se estaba planteando seguir hacia Golovin, ya a menos de 150 millas de la meta.
Pero poco después se informaba del abandono definitivo. Según las primeras informaciones ofrecidas por la organización, en los últimos días Marine ha tenido que luchar contra fuertes dolores en una pierna, y había llegado a un punto en el que tanto su cuerpo como su cabeza no podían más. Además, aseguraban que lo que le ha mantenido en la ruta los últimos días ha sido la determinación de llegar, porque fuerzas ya no quedaban, y que en todo caso José se sentía satisfecho con lo recorrido y con la decisión de abandonar.
Atrás han quedado más de 1.500 kilómetros hechos a pie, arrastrando una pulka con todo su equipaje, y de ellos, más de mil en solitario, entre el viento, temperaturas gélidas, ríos y puentes de hielo que por efecto del overflow, del comienzo del deshielo, se rompían a su paso y por tanto caía al agua helada, y sobre todo la soledad y la lucha diaria contra uno mismo.
Esta era la segunda ocasión en la que Marine intentaba terminar esta marcha, y en la que más cerca se ha quedado, ya que el año pasado, un accidente con un trineo de perros, que le dejó un pie malherido, hizo que se tuviera que retirar sin haber completado siquiera la mitad del recorrido.

En su blog podemos leer su relato. Realmente épico.

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